jueves, 27 de octubre de 2016

LEYENDO NOVELES II

Hace unos días publiqué cómo opinaba que leer autores noveles puede ser una gran herramienta para mejorar nuestra prosa. Pero el otro día me pasó una cosa que me desalentó un poco sobre nosotros, los escritores que aún no somos famosos - lo seremos - y es que alguien dejó en mi biblioteca un libro "donado" y lo adopté. Fue un best seller de estos de no sé cuantos ejemplares vendidos y patatín patatán, aunque por suerte aún no tiene película, pero imagino que la tendrá. Como acabé hace poco el libro de un compañero de curro "aunque todo arda" y buscaba nuevas lecturas pensé "¿Por qué no?" adopté el libro abandonado y me lancé a sus páginas. Ahora estoy desalentada. Fatal, enfadada. Está realmente tan mal escrito que más de una vez he tenido la tentación de sacar el bolígrafo y corregirlo. Si bien es verdad que a lo mejor en su idioma original no está tan mal, en español tiene repeticiones, adjetivos fuera de contexto que no se entiende a qué vienen, hablaría tan mal de ese libro que no me atrevo a poner cual es. Bueno el caso es que lo que me hace sentir mal no es que esté mal escrito, es que es un best seller, entonces me planteó "¿Qué tiene que hacer un libro para venderse?" y recuerdo el estupendo "La virtud de ese amuleto" de Juan José Núñez, otro compañero de profesión (mi trabajo está lleno de artistas). Pues sólo hay una razón, se vende más el libro que está más tiempo en la mesa de la librería donde todo el mundo lo ve. No encuentro otra explicación. Mientras nosotros matándonos contra los fantasmas, amantes, y demonios que pueblan nuestras páginas para que alguien decida que no es nuestro libro el que figura en las listas de los que se van a promocionar. Da igual, de todas formas hay miles de blogs con miles de entradas intentando desalentarnos, que nos rindamos, que lo dejemos, la resignación parece ser una de nuestras opciones más claras, y aún así no nos hemos venido abajo, desde luego no nos vendremos abajo porque yo haya encontrado un mal libro que ha hecho rica a su autora.

LEYENDO NOVELES II

Hace unos días publiqué cómo opinaba que leer autores noveles puede ser una gran herramienta para mejorar nuestra prosa. Pero el otro día me pasó una cosa que me desalentó un poco sobre nosotros, los escritores que aún no somos famosos - lo seremos - y es que alguien dejó en mi biblioteca un libro "donado" y lo adopté. Fue un best seller de estos de no sé cuantos ejemplares vendidos y patatín patatán, aunque por suerte aún no tiene película, pero imagino que la tendrá. Como acabé hace poco el libro de un compañero de curro "aunque todo arda" y buscaba nuevas lecturas pensé "¿Por qué no?" adopté el libro abandonado y me lancé a sus páginas. Ahora estoy desalentada. Fatal, enfadada. Está realmente tan mal escrito que más de una vez he tenido la tentación de sacar el bolígrafo y corregirlo. Si bien es verdad que a lo mejor en su idioma original no está tan mal, en español tiene repeticiones, adjetivos fuera de contexto que no se entiende a qué vienen, hablaría tan mal de ese libro que no me atrevo a poner cual es. Bueno el caso es que lo que me hace sentir mal no es que esté mal escrito, es que es un best seller, entonces me planteó "¿Qué tiene que hacer un libro para venderse?" y recuerdo el estupendo "La virtud de ese amuleto" de Juan José Núñez, otro compañero de profesión (mi trabajo está lleno de artistas). Pues sólo hay una razón, se vende más el libro que está más tiempo en la mesa de la librería donde todo el mundo lo ve. No encuentro otra explicación. Mientras nosotros matándonos contra los fantasmas, amantes, y demonios que pueblan nuestras páginas para que alguien decida que no es nuestro libro el que figura en las listas de los que se van a promocionar. Da igual, de todas formas hay miles de blogs con miles de entradas intentando desalentarnos, que nos rindamos, que lo dejemos, la resignación parece ser una de nuestras opciones más claras, y aún así no nos hemos venido abajo, desde luego no nos vendremos abajo porque yo haya encontrado un mal libro que ha hecho rica a su autora.

jueves, 6 de octubre de 2016

LA EMOCIÓN

Millones de veces soñé con publicar una novela. Siempre me paraba los pies a mi misma, me parecía de loca especular con la emoción que sentiría. Imaginaba que lloraría de emoción, que estaría pletórica. Reproducía en mi mente como sería el email o la llamada de "sí que te publicamos" y luego me avergonzaba, pensando que lo que debía hacer era seguir trabajando. Ahora me arrepiento, mucho. Pues cuando recibí la llamada del sí me arrancaron la ilusión, ya que es una de estas editoriales que se dedica a estafar a la gente. Luego, vino otra editorial, luego... y cuando por fin me decidí por una resulta que tampoco soy capaz de emocionarme, ya que en lo único que puedo pensar es en si venderé bastantes ejemplares. Si gustará, si me abría el camino a nuevas publicaciones. Así que hay que soñar, es mucho mejor que la realidad.

domingo, 2 de octubre de 2016

LEYENDO NOVELES

Hace algún tiempo, por motivos obvios, he estado leyendo autores noveles. Unos, publican (como yo también hago) sus primeras obras en internet, a otros les compro los libros con incuestionable cariño, ya que les conozco. El caso es que a otros no les conozco y es que estoy cogiendo mucho gusto en leer a gente que les hago un favor comprándoles. A un chico que me encontré pidiendo un crowfunding y aún no le había comprado nadie. A dos amigos del trabajo, a mi profesor de literatura creativa... Es maravilloso leerles. En serio. En primer lugar porque los hay que escriben muy mal y muy bien a la vez, y es bastante fascinante. Un párrafo que me quita las ganas de seguir escribiendo, pues sé que esa calidad nunca la alcanzaré, otro que me deja pensando: "esto me pasa a mí, que no me vuelva a pasar" de lo mal que está. Decenas de errores que cometo en mi prosa se han corregido gracias a verlos en otros. También está bien porque voy corrigiéndoles sin querer y eso hace que esté más atenta al argumento. Nunca he encontrado, esa es la verdad, ningún error de continuidad, ni del propio argumento, pero no sé si esto se debe a que no soy buena en eso, o a que es un error poco común. Además tiene otra ventaja. Supongo que todos tenemos autores a los que odiamos por diversos motivos. Ahora me refiero a los famosos, a los que entrevistan en la televisión. Si después de estar buscando errores a autores noveles os ponéis con alguna obra famosa ¡Encontraréis también un montón de cosas que os parecerán mal!